Si el
reclutador se queda anclado en los tópicos, perderá la experiencia que pueden
aportar personas con más recorrido profesional.
Si el
reclutador descarta perfiles por la edad, perderá candidatos con más
estabilidad emocional y familiar.
Si el
reclutador filtra en un primer momento CVs por la fecha de nacimiento, dejará
atrás candidatos con mayor movilidad porque éstos ya no tienen ataduras de
responsabilidades familiares ni hijos en edad escolar que atender.
¿Sigo…?
Estas
barreras en la búsqueda de empleo derivadas de la edad son la consecuencia de
los tópicos, que llevan a muchos profesionales de reclutamiento y a no menos
empresarios, a descartar en las primeras fases del reclutamiento a buenos
perfiles, por un equivocado criterio de la edad.
Además, existe hoy en día una tendencia perversa a
adelgazar las plantillas en los tramos más altos de edad, en aras a una
artificiosa atracción de talento más joven.
La
pluralidad es siempre enriquecedora, y a veces observo que estamos cayendo por
el otro lado del caballo, con plantillas excesivamente jóvenes, con mucha
frescura e iniciativa, pero sin la visión que dan las experiencias vividas.
Y si la
mejor formación de nuestros profesionales se forja a través de la experiencia,
la expulsión del mercado laboral de los mayores de 50 años, es sin duda una
pérdida de talento.
¿nos lo
podemos permitir?
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